El Mercosur habilitará este año 30 salas para la proyección del cine regional, mediante un proyecto conjunto que cuenta con el apoyo financiero de la Unión Europea, anunció en Montevideo Adriana González, titular del Instituto Nacional del Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU).
En principio serán 10 salas en Brasil, 10 en Argentina, 5 en Paraguay y 5 en Uruguay, a las que, en el futuro, se sumarán otras de estos países y también de Venezuela, que a mediados de 2012 pasó a ser miembro pleno del bloque.
En declaraciones a Dpa, González explicó hoy que “en marzo llegarán los equipos y se iniciarán las pruebas físicas” en las salas, de manera que “posiblemente en septiembre u octubre ya se lanzarían las programaciones” de forma experimental.
“Recién se está empezando a trabajar en el tema de la programación. Lo que se va a definir es una estrategia de programar el primer año. La potencialidad es muy amplia, pero hay que establecer criterios primarios para acompañar el desarrollo de esta red”, dijo González.
La idea es implantar un sistema variado que atienda a la realidad de cada uno de los países. “Podría estrenarse una película en 30 salas o también se podría armar 2 ó 3 programaciones en 10 salas. Serán modelos de programación que se definirán en los próximos meses”, subrayó.
Uruguay será el encargado de proponer las películas, pero “los criterios de programación los decidirá la Recam”, que es la Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas del Mercosur, un órgano consultor para la temática cinematográfica y audiovisual, formado por las máximas autoridades gubernamentales nacionales en la materia.
Respecto de los mecanismos de selección de las películas y la adquisición de los derechos, Adriana González explicó que “no podrán ser conservadores ni rígidos, sino flexibles, atendiendo a las múltiples posibilidades”.
“Estamos analizando todos los aspectos. No es lo mismo Argentina, que pone a disposición los espacios estatales INCAA, que otros países donde participan de la red algunas salas privadas”, agregó.
“El desafío grande es tener un abanico de opciones que permita contemplar esa realidad y hacer sustentable el modelo”, completó la funcionaria uruguaya.
Vía EU